I´m too sad to tell you (o lo que queda sin decir)

I´m too sad to tell you es el ensayo de una exposición. Observa aquello que queda sin decir. Ensaya lo intraducible.

En la exposición hay dos ejes principales que guían y se

entrecruzan para generar sentido. El primer eje es el ensayo. Por ensayo estamos considerando de manera amplia todo formato y/o acción que reflexione y observe algo, a la vez que reflexiona y se observa a sí mismo. Abordaremos tanto al ensayo literario como el ensayo expandido, teniendo la posibilidad de pensar al dibujo como un ensayo. Uno de los aspectos que más nos interesa subrayar —en la idea expandida de ensayo— es el de repetición; entender cómo es que a partir de este concepto se reflexiona y se observa un objeto, sin necesariamente entenderlo al término de este proceso. El segundo eje es lo que queda sin decir como objeto incomunicable pero presente. Este segundo eje aborda todas aquellas cosas que no son posibles de comunicar pero

que existen. Esto se vincula con una de las premisas curatoriales: la no-explicación, que no significa descontextualizar a la espectador/a, sino presentar legibilidad sin tener que definir una forma explícita y absoluta. El ejemplo más claro para comprender el concepto de lo que queda sin decir es cuando se le pregunta a una pintora qué es lo que quiere decir cuando pinta. Si la pintora pudiera decirnos qué es lo que quiere decir cuando pinta, lo diría. La cuestión es que no puede, por eso lo pinta. El aspecto que nos interesa subrayar en lo que queda sin decir, es la idea de lo

intraducible; la premisa de que hay cosas que no pueden

comunicarse en palabras. Mezclando ambas ideas se genera el sentido, por así llamarlo, de la exposición: ensayar aquello que queda sin decir; reflexionar y observar sobre cosas que son in-

aprehensibles al lenguaje (a la vez que se reflexiona y observa el mismo proceso). Este sentido se ve materializado en dos series de dibujos, dos videos, cuatro dibujos objeto y una activación performática.